Deja vu
¿el recuerdo de vidas pasadas o una falla cerebral?
La discusión es vieja y las posturas contradictorias, los defensores de la reencarnación o de las capacidades extrasensoriales aseguran que esta percepción de haber vivido algo es una ‘revisita’ a un espacio o una situación que ya atravesamos en otra existencia; para los científicos se trata de una falla en la función y en el tamaño de una parte del cerebro que por ser más pequeña se ve sobreestimulada e, incluso, en casos crónicos, en una patología angustiante.
Muchas son las fantasías que se alimentan a partir de esa extraña sensación de “esto lo viví antes”, que en algún momento de la existencia, frente a algunas personas, situaciones o espacios hemos experimentado. Los más imaginativos no dudan en afirmar que se trata de una irrefutable prueba de que es un recuerdo perteneciente a una vida anterior, de que somos producto de muchas reencarnaciones o de la existencia de universos y dimensiones paralelas. Los más escépticos, entre ellos los científicos, aseguran que en realidad esa ilusión no es más que una falla cerebral, que en caso de convertirse en algo constante y crónico sería el reflejo de una patología.
Deja vu, así se llama a esa a esta percepción, desde que el filósofo y psíquico francés Emile Broirac acuñara el termino galo en su libro L”Avenir des sciences psiquiques (El futuro de las ciencias psíquicas) donde además menciona la metagnomia o el conocimiento que se obtiene sin el uso de los sentidos, en lo que hoy se llama percepción extrasensorial. Es de esos escritos de donde se han
pegado quienes insisten en que el deja vu es un acto de la conciencia que está por encima del ahora; mejor dicho, que forma parte del historial de nuestro espíritu.
En la contraparte, los que desestiman estas afirmaciones agregan para descalificar la posición de Broirac e impulsar su carácter de fantasioso soñador, que es también impulsor del esperanto, ese idioma artificial creadoafinalesdelsigloXIXconla intención de estimular un sistema de comunicación universal para acabar con la torre de babel que representa un mundo poblado por cientos de lenguas. Realmente un fracaso en términos estadísticos, pues en la actualidad solo lo hablan entre 200 mil y 2 millones de personas del planeta y no es más que un hobbie bastante exótico y escaso.
personas más jóvenes, sobre todo de 15 a 25 años.
dicen que se trata de recuerdos que no se tienen conscientemente y que de un momento afloran, remitiéndonos a imágenes grabadas a partir de una fotografía que se vio en algún instante, una película o la En la cinta de ciencia ficción “Matrix” (1999), Neo, el personaje interpretado por Keanu Reeves, sube una escalera mientras ve pasar un gato negro. Al instante ve al mismo animal haciendo un movimiento exactamente igual al anterior, como si se tratara de una especie de eco. La explicación que los mismos personajes proporcionan, luego de decir que ocurrió un deja vu, es que se trata de una falla en el sistema, en la “matrix” del cerebro.
En cambio en la película Deja vu (2006), Denzel Washington es un agente que viaja al pasado para impedir un ataque terrorista y salvar a la mujer de la que acaba de enamorarse. Aquí, el deja vu funciona como señales que viajan desde el pasado para advertir lo que puede ocurrir en el futuro.
En un estudio de la Universidad de Leeds (Inglaterra), aseguran que quienes sufren deja vu crónico padecen de un exceso de actividad de la memoria, lo que quiere decir que esta nunca se relaja y por lo tanto los individuos están recordando todo el tiempo: “En ellos, la forma de almacenar los hechos es diferente al almacenamiento de las sensaciones que esos hechos causan; ello produce un desfase entre ambas acciones, algo que en una persona sin esa patología funcionaría de manera conjunta, ocasionándole, probablemente, miedo a quedarse solos; la repetición de la sensación puede llevar a la depresión”. La explicación más sencilla sería que el cerebro tiene un espacio para almacenar recuerdos y otro donde analiza lo que ocurre en el presente; “si antes de analizar el presente, nuestro cerebro lo guarda como un recuerdo, el cerebro entendería el presente como un recuerdo”… un deja vu.
Una paramnesia, así se refieren los médicos al deja vu, y complementan calificándola como una alteración de la memoria, caracterizada por la distorsión de los recuerdos. Según el Diccionario médico de la Universidad de Navarra (España), “el sujeto tiene falsos recuerdos, que cree verdaderos, y que sustituyen a los hechos reales que no puede recordar. Incluye la confabulación, pseudología fantástica, los falsos reconocimientos y la ilusión del ‘ya visto’ y ‘ya vivido'”. Para acertar la estocada final, se añade que aparece con frecuencia en los alcohólicos crónicos y en quienes padecen síndromes orgánicos cerebrales.
Una laguna mental, ni más ni menos, así lo catalogan los psicólogos y aseguran que se presentan especialmente entre relación con un recuerdo o lo visto en otra parte.
La psicología añade que puede referirse a vivencias de la infancia y que se borraron de la memoria pero no del cerebro; por ejemplo una calle, un sabor, un olor, un paisaje. Al volver tras varios años a ese lugar espacial o sensorial, lo encontramos conocido y experimentamos el deja vu. Puede también ser solo una ilusión de la mente, como sucede con los espejismos, que son ilusiones ópticas”.
Así mismo, en una investigación publicada en la revista ‘Cortex’, científicos checos e ingleses afirman que la producción del deja vu tiene que ver con algunas estructuras del cerebro humano, cuando los parahipocampos, en el lóbulo temporal y que tienen como funciones el aprendizaje y recordar información, son de un tamaño menor. En las personas con estas características los deja vu suceden con frecuencia por una sobreestimulación de los parahipocampos.
Lo que dicen los psíquicos…
“El cerebro recuerda vidas pasadas cuando el espíritu se las transmite”, con esta sentencia, el cardiólogo holandés Pim Van Lommel explica la posición contraria en su libro de 2007 Consciencia más allá de la vida. El cirujano convirtió en best seller la investigación que publicó en la revista médica The Lancet, donde relató apartes de lo que, dice, es resultado de su experiencia por más de 25 años con pacientes que habían sufrido paros cardiacos y que, contrario a la creencia, no perdieron la consciencia y recordaban extraordinarias experiencias ‘vividas’ mientras supuestamente estaban ‘del otro lado’: “Las vivencias cercanas a la muerte son un fenómeno que no se puede atribuir a la psicosis, la imaginación o la falta de oxígeno; lo que prueba que la conciencia es algo más amplio y complejo que el cerebro y que sigue existiendo aunque falle la función cerebral”.
Muchas religiones y dogmas como el hinduismo, el budismo, el rosacrucismo e incluso el catolicismo hablan de la vida después de la muerte; siendo más enfáticos los ritos orientales al referirse a la reencarnación como un fin supremo de la existencia. En estos casos, el deja vu es el recuerdo de vidas pasadas o se genera cuando el espíritu abandona el cuerpo y viaja en el tiempo y el espacio, ve lo que ocurrirá y por eso cuando sucede nos es familiar pues nuestra esencia ya lo vivió.
Los defensores de las ideas de reencarnación afirman que al llegar a otra vida nos borran la memoria de la anterior, haciendo una depuración del alma; porque de lo contrario todo sería muy traumático para nosotros. Sin embargo, hay algunos destellos de recuerdos que permanecen y saltan en cualquier momento, generando el deja vu. David Christie-Murray, en su libro Reencarnación, creencias ancestrales e investigación científica (1988), dice que el deja vu lo experimentan unas 7 de cada 10 personas. Por su parte, el psicoanalista suizo Arthur Funkhouser lo ha clasificado en tres categorías: deja vecu, o lo ya vivido; deja senti, lo ya sentido, y deja visite, lo ya visitado.
La parasicología trata de explicar el deja vu también con lo que conocen como cumberlandismo, término salido a partir de las investigaciones del ilusionista inglés Stuart Cumberland, quien afirmó que hay un fenómeno gracias al cual se pueden tener visiones o adivinaciones por contacto con una persona próxima, captando los pensamientos del otro o lo que también denominan hiperestesia indirecta del pensamiento.
Los físicos cuánticos definen este fenómeno como “la intersección accidental de universos paralelos cuando se quiebra la textura espacio-tiempo”; esto se traduciría como el instante en el que se entrelazan en una realidad dos mundos reales y que da juego a la existencia de más dimensiones que las tres que los humanos conocemos.
Finalmente, los psiquiatras, que parecen conciliar en cierta forma partes de todas las versiones, dicen que el deja vu es un autochequeo del cerebro, como una especie de reseteo donde el cerebro revisa otra parte la memoria.